Son las tres de la mañana y Florita es la única que aún resiste en la redacción de Gourmet y en Forma. Ha sido un día duro, el famoso número de la revista dedicado al chocolate tiene que estar preparado en menos de un mes. La mañana ha empezado tensa. En la reunión de primera hora cada uno ha expresado su opinión sobre los contenidos a incluir. Emanuelle, el fotógrafo, ha discutido con Rosi, la ejecutiva de cuentas. Emmanuelle sostenía que para hacer una buena representación histórica de los orígenes del cacao, había que ir al Amazonas, a fotografiar a las tribus vírgenes de indios. En su mente una idea había cobrado forma. Hans, uno de los fornidos modelos suecos de la revista, disfrazado de Hernán Cortes con su armadura y todo. En la escena soñada, el benévolo vikingo aceptaba el presente del fruto del cacao de manos de un generoso indio selvático. Rosi ha tratado de hacerle entrar en razón, intentando convencerle de que el Amazonas no está en México, de sustituir al indio por alguno de los becarios de cuentas disfrazado y la Selva del Amazonas por el Parque del Retiro.
Esto ha desencadenado la ira de Emmanuelle con la consabida amenaza de marcharse de la revista y llevarse su magnífico talento a otro sitio donde fuera más apreciado.
Florita recuerda la violenta escena, inclinada sobre su escritorio repleto de papeles y fotografías. Cansada y con la espalda dolorida, procede a degustar la maravillosa ensalada de Luigi's, donde acostumbran a encargar el catering de la empresa. Mientras paladea cada uno de los distintos sabores y texturas, y se pregunta el secreto de tan exquisita combinación (secreto que únicamente conocen Luigi y su madre toscana) un ruido sordo en la planta de arriba la despierta de golpe. Intrépida y aventurera como es ella (y armada con un spray de purpurina) sube sigilosamente las escaleras que separan ambas plantas.
Cuando casi ha llegado al rellano, unos pasos presurosos confirman el peor de los temores de Florita. Hay un ladrón en el edificio y ella va a tener que enfrentarse a él completamente sola. Gustavo, el vigilante ha salido por temas familiares dejándole a ella el encargo de cerrar la redacción al salir. Aferrándose aún más fuerte al spray, Florita avanza en la penumbra enmoquetada y explora, muerta de miedo, la planta entera sin encontrar nada sospechoso. Ya más relajada, decide regresar a su sitio. Solo entonces se da cuenta de que el timbre de la puerta del ascensor no para de sonar. Florita se acerca con la cara descompuesta a las puertas automáticas del elevador que chocan una y otra vez contra un objeto extraño. Ya más cerca descubre con horror lo que ha provocado semejante alboroto. Alguien ha dejado lo que parece ser una máscara tribal con el único propósito de que ella la encuentre. Un escalofrío recorre la espalda de Florita...
En el sótano, en la garita de Gustavo, un único monitor de vigilancia permanece encendido. En la pantalla se ve a Florita recogiendo su mesa, temblorosa... al otro lado alguien sonríe en la penumbra...
INGREDIENTES
- 1 tarro de pimientos rojos asados
- 1 lata de anchoas de la mejor calidad
- 1 lata de atún en escabeche
- 1 bloque de queso feta entero
- 1 bolsita de croutons (picatostes dicho en pijo)
- 20 tomatitos cherry en rama (aprox)
- 4 ramitas de albahaca
- Sal y pimienta
- Aceite y vinagre de módena
Cortamos y mezclamos todos los ingredientes menos los tomatitos para que mezclen bien los sabores (no muy picado, todo debe quedar aproximadamente del mismo tamaño). Damos un golpe de vinagre a los cherry y ponemos cinco minutos cerca de una fuente de calor (por ejemplo una calefacción) para que suelten todo su sabor y aroma. Picamos igual que el resto de ingredientes y añadimos a la mezcla. Para terminar regamos la ensalada generosamente con aceite y vinagre y sazonamos con la sal y la pimienta (cuidado con la sal, hay que tener en cuenta que lleva anchoas). Servimos a temperatura ambiente.